CONSEJOS DE LIMPIEZA Y MANTENIMIENTO PARA LOS MUEBLES DE PIEL

Los muebles forrados o tapizados en piel, tales como sofás, sillas, tapetes de mesa o accesorios decorativos, son sinónimo de elegancia, naturalidad y diseño orgánico.

Quien escoge muebles de piel para decorar su hogar, pretende dar un toque especial a sus estancias. A todo esto se suma la tendencia actual de utilizar la piel para todo tipo de complementos como revisteros, lámparas, tiradores, percheros o bandejas.

Muebles tapizados en piel o con apliques que son escogidos por su suavidad, calidez y comodidad. Acabados de máxima calidad, que requieren cuidados especiales y diarios para evitar su deterioro. Si tenemos en cuenta que la piel es un material orgánico que se reseca y se roza con facilidad (y más si lo usamos a diario), deberemos recordar que deberá ser acondicionada e hidratada de vez en cuando para evitar que se estropee.

Para que tus muebles y artículos decorativos forrados o tapizados en piel luzcan como nuevos y permanezcan en buen estado durante mucho tiempo, deberás tener en cuenta algunos de los consejos de limpieza y mantenimiento para este tipo de superficies:

1) El sol es un enemigo natural de los muebles de piel: no debemos exponer la piel al sol, pues éste con el tiempo acabarán decolorándola. Para que esto no suceda, recomendamos alejar el mueble de las ventanas o colocar persianas venecianas o toldos para que filtren la luz.

2) Una consecuencia directa de la exposición de los muebles de piel al sol, es la sequedad y el exceso de calor. Por eso, es recomendable alejar estos muebles de las zonas soleadas de tu hogar, así como de radiadores, estufas o rejillas de calefacción.

3) Mantén a tus animales domésticos alejados de estas piezas. Se trata de muebles delicados, que se rallan y rasgan con bastante facilidad si no tenemos cuidado. Ocurre lo mismo si tenemos niños pequeños: deberemos cubrir la pieza con una sábana o funda para evitar manchas y rozaduras.

4) No utilices cerca de una pieza forrada o tapizada en piel, productos químicos, tales como detergentes domésticos (limpiacristales, lejía, amoniaco, pegamento, betún, pintura o materiales corrosivos) que puedan dañar la superficie de este material. Evita también utilizar cerca del cuero, cosméticos de uso diario que contengan aceites y disolventes (esmalte de uñas, quitaesmaltes con acetona, cremas corporales o aceites hidratantes).

5) El uso diario de un mueble de piel requerirá una limpieza y mantenimiento constante, por lo que recomendamos repasar la pieza a diario con un paño seco. Si encontramos alguna zona rozada o un poco sucia, utilizaremos uno ligeramente humedecido con agua y jabón neutro, pero bien escurrido.

6) Para la limpieza general, te recomendamos utilizar una aspirada con una boquilla de cepillo suave, para no rayar las superficies. Repasa la zona, incidiendo en rincones y ranuras pero sin apretar.

7) A continuación, tras aspirar la pieza, pasa un paño húmedo por la superficie y sécala por último con un paño suave y seco.

8) Consulta con un experto o con los papeles que acompañaban al mueble a su entrega, y comprueba si se trata de una piel tratada o sin tratar. Dependiendo del tipo de piel utilizada, deberás utilizar unos productos concretos para limpiarla e hidratarla. La piel tratada será mucho más sencilla y cómoda de limpiar y mantener, pero si tienes algún mueble o accesorio de piel sin tratar, no te preocupes: sigue las instrucciones correctamente y utiliza los productos indicados y quedará perfecta.

Esperamos que estos consejos te sirvan de ayuda para mantener en buen estado tus tapicerías y superficies forradas en piel.