10 CLAVERS PARA DECORAR HABITACIONES JUVENILES

Para un niño o adolescente, su dormitorio es su espacio de juego, de descanso y de estudio, por lo que es imprescindible que éste sea acogedor, organizado y con espacios delimitados, destinados a cada a una de sus actividades. En las  habitaciones juveniles, el espacio es fundamental, ya que dependiendo de las necesidades del niño y de su edad, le daremos más importancia a la zona de juego, si aún es pequeño, o si ya es adolescente, priorizará más la zona de estudio, con estanterías, cajones y, una mesa amplia y despejada.

No podemos darte las claves definitivas para decorar una habitación juvenil, pero lo que sí podemos hacer es darte unos cuantos consejos básicos para hacer del dormitorio de tus hijos, un lugar acogedor y a la vez, lleno de energía. Para conseguirlo, no sólo será aconsejable guiarse por unas cuantas normas de estilo, sino también, dejarse llevar por nuestra creatividad y los gustos personales de nuestro hijo/a. Si encontramos un equilibrio entre ambas, obtendremos un dormitorio organizado y, adaptado a las necesidades y gustos de su usuario.

1. Color de las paredes y pintura: se aconseja usar colores neutros (blanco, beige o gris) para pintar las paredes de su dormitorio, combinándolas con tonos juveniles y divertidos, como rosas, azules, naranjas, verdes o amarillos, con el fin de aportarles una dosis de carácter y dinamismo.

Para pintar las paredes de una habitación juvenil. no hay nada mejor que la pintura plástica o al agua. Ésta es la ideal porque no emite olores fuertes y es resistente al lavado y de rápido secado. Este tipo de pintura nos permitirá limpiarlas con facilidad sin dejar cerco, ni estropearla.

Otra opción es pintar una de las paredes (entera o media) con pintura de pizarra, lo que les permitirá interactuar con ese espacio y darle un uso diferente al que se le daría a una pared normal.

En cuanto a las paredes, otra alternativa a considerar es la utilización de papeles, vinilos decorativos y revestimientos en madera o resinas. Al tratarse de complementos meramente decorativos, recomendamos no utilizarlos de manera excesiva.

Por ejemplo, si tenemos las paredes pintadas en un tono crudo o pastel, podemos empapelar una de ellas con un estampado divertido y actual, de colores vivos y frescos. Normalmente, la que se suele revestir es la del cabecero o una pared lateral, situada frente a una ventana.

Por otra parte, los vinilos son accesorios muy fáciles de colocar y que pueden ir cambiándose, dependiendo del estilo o de la evolución de los gustos del joven. La única desventaja es que con el tiempo, pierden adherencia y son muy sensibles al nivel de humedad del ambiente.

Por último, podemos optar por revestir una de las paredes con madera o unas placas hechas a base de algún material plástico o resinas sintéticas. Por ejemplo, podemos crear un armazón de madera que recubra el suelo, la pared del cabecero y el techo, dando sensación de continuidad, acogiendo una cama casi situada a ras de suelo, a modo de tatami. Las tablillas que forman esta estructura, también nos permitirán la colocación de unos estantes y colgadores, cumpliendo una doble función: decorativa y funcional.

2. Necesidad de espacio y distribución: dependiendo de la cantidad de metros que tenga la estancia y de los niños que vayan a dormir en ella, distribuiremos la habitación de una u otra manera.  Para un niño sólo, lo ideal es una cama individual o una cama nido.

Si por el contrario, son dos hermanos/as la mejor opción, a parte de dos camas individuales (la opción más tradicional y extendida), podremos optar por una litera o por camas desplegables. Esto nos permitirá aprovechar el espacio al máximo, si el dormitorio no es demasiado amplio.

En las habitaciones juveniles más modernas vemos camas compactas y composiciones modulares en las que entran todos los componentes necesarios: la cama, el escritorio, un módulo con cajones, estanterías superiores, y en algunos casos, incluso, el armario.

3. Escritorio: éste debe ser amplio y estar totalmente despejado, para permitir la colocación de un ordenador y aún, poder conservar un poco de espacio libre, para que su usuario realice sus tareas escolares. Se aconseja que los escritorios lleven incorporado un módulo con cajones, donde puedan guardar su cuadernos, material de trabajo o efectos personales.

Como hemos comentado anteriormente, las mesas de trabajo pueden ir agregadas a una cama compacta, pero también, pueden ser independientes y colocarse contra cualquiera de las paredes de la habitación.  Lo más recomendable, es colocarlo de manera que la ventana no quede frente al que se sienta en la mesa, sino a un lado. La luz ilumina la estancia sin reflejarse en la pantalla y sin distraer nuestra atención.

Si colocamos el escritorio frente a una pared, podremos colocar unos estantes flotantes, un tablero donde colocar sus notas o clasificadores para organizar los apuntes y trabajos por asignatura.

4. Estanterías: en la línea de lo que comentábamos en la frase anterior, las estanterías son una pieza importantísima en la habitación de un adolescente: le ayudan a organizar sus cosas y a mantener ordenado su propio espacio. Pueden ir colgadas en la pared (baldas sueltas) o ser de pie. Las segundas pueden llevar estantes y huecos vacíos para colocar objetos de gran tamaño o bien, unos cajones o cestos en los que guardar libros, material escolar e incluso, juguetes.

Por otra parte, la zona de almacenamiento se verá respaldada por baúles y cajas. Estos se destinan más al almacenamiento de juegos, objetos pequeños, revistas, pelotas o muñecos, indispensables cuando acaba el momento de juego y hay que proceder a guardarlo todo. Los podemos situar a los pies de la cama o en un rincón.

5. Lámparas: ante todo sencillas. En ocasiones, si el dormitorio no está muy cargado con complementos, podemos optar por una lámpara un poco más original y trabajada, para que se convierta en un punto de atención y cumpla también una función decorativa.

Nunca está de más, colocar, a parte de las de sobremesa, un aplique de pared original que aporte un punto de luz en una parte determinada de la estancia, sin necesidad de encender la del techo o la auxiliar.

6. Puffs, sillones y balancines: a parte de la silla de escritorio, podemos incorporar en su decoración un sofá, un puff, un sillón o cualquier tipo de asiento, adecuado a las necesidades del niño. En él, podrá sentarse cómodamente a leer, jugar o practicar con su instrumento favorito, sin necesidad de estar sentado en la cama o en la silla. También, si vienen sus amigos a jugar o a charlar, será una buena zona donde hacerlo cómodamente.

7. Alfombras: dependiendo de la edad del usuario, colocaremos unas u otras. Una alfombra para sentarse y jugar, lógicamente, no puede ser igual que la que pueda colocarse a un lado de la cama o al pie. Los materiales no serán los mismos, ni la medida tampoco. Los colores normalmente se eligen de acuerdo a la gama cromática utilizada en la decoración de toda la estancia. Así que en función de estos factores, nos decantaremos por una más blandita y suave, o por otra más utilitaria, con estampados más atrevidos y materiales más fuertes.

9. Ropa de cama y cortinas: ésta se eligirá en función de los gustos del niño/a y de las tonalidades en las que esté decorada la habitación. El estilo del dormitorio marcará el de la ropa de cama, pero por lo general, suelen cumplir las mismas normas que la pintura de las paredes. Unas sábanas de tonos básicos, combinadas con estampados y algún detalle de color vistoso, cubiertas por un edredón o colcha que se adecue al estilo general del dormitorio.

Las cortinas, por su parte, se recomienda que sean semitransparentes y en tonos claros: deben dejar pasar la luz. Si optamos por estores, como estos pueden recogerse, podemos optar por un estampado similar al utilizado en el papel de pared o en la colcha, complementándolos.

10. Decoración: para decorar una habitación para un adolescente, podemos hacerlo con cuadros con motivos juveniles, carteles y pósters con un diseño moderno y original, e incluso, apostando por móviles para colgar del techo o de una pared.

Por ejemplo, podemos colocar unas letras de madera pintada sujetas por una cuerda y colgadas por los extremos a un par de clavos, a modo de guirnaldas. También, podemos colgar la maqueta de un avión o un dirigible del techo, bolas hechas con papel o figuras de origami de distintos colores.

Esperemos que nuestros consejos y nuestro nuevo tablero de Pinterest, os sean de inspiración para decorar los interiores de una habitación juvenil con éxito.