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LOS CUADROS COMO COMPLEMENTO DECORATIVO PARA TU HOGAR

Publicado hace9 años  por

Los cuadros se han utilizado desde tiempos inmemoriales para decorar y vestir las paredes de nuestros hogares. Para poneros un poco en antecedentes, es necesario quizás, que nos remontemos a sus orígenes.

Aunque se conozcan casos del uso del lienzo o la tela para fines artísticos en el Antiguo Egipto, en Roma o a finales de la Edad Media, lo más común hasta el siglo XVI (durante el Renacimiento Italiano) y el siglo XVII, en el resto de Europa, era el uso de la tabla. En esto, los artistas venecianos y florentinos son los que llevaron la iniciativa de cambio y adaptaron sus métodos de producción artística con óleos y pinturas al temple a este nuevo soporte.

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El lienzo sobre tabla o bastidor empezó a ganarle terreno a los frescos en el norte de Italia por un motivo muy lógico y práctico: la tela era mucho más resistente al frío y a la humedad del invierno. Además, la principal ventaja respecto a los dos soportes utilizados anteriormente (la tabla y el muro) era su livianidad y su capacidad para poder ser transportado de un lado a otro con facilidad. El uso del lienzo sobre bastidor se convirtió en la forma más popular y cómoda de realizar los cuadros, pues a parte de ser livianos y resistentes, aceptaban mejor los pigmentos y permitían la realización de obras con mayor virtuosismo.

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Durante los siglos siguientes, la pintura sobre tela fue evolucionando y sirviendo de soporte para la expresión de artistas de las diferentes corrientes estéticas que se han ido sucediendo hasta día de hoy. Es a mediados del siglo XX, alrededor de la década de los 60, cuando asistimos a una democratización e industrialización de las obras artísticas. Algunos artistas siguen creando piezas únicas para exponer en un museo de arte contemporáneo o vender en una galería, pero otros muchos se están dedicando a realizar reinterpretaciones y réplicas de pinturas clásicas, así como, obras originales producidas en serie, para vender en tiendas o particulares bajo demanda.

Es así como los cuadros pasan a formar parte de la decoración de nuestro hogar. Es una manera de vestir nuestras paredes con piezas de alto valor estético por un precio razonable. Los cuadros, actualmente, se pueden categorizar según su estilo, la técnica pictórica utilizada o la forma en el que están montados.

Estilos de cuadros Hay tantos como estilos decorativos. Dependiendo de la estética que le hayamos dado a nuestro hogar, utilizaremos unos u otros. Si la ambientación de nuestra casa es rústica, optaremos por un paisaje, un bodegón o bonitos ramilletes florales u hojas de árboles, que parecen sacadas de un libro de botánica o recogidas tras un paseo por el campo.

En otro caso, si nuestra decoración es clásica, optaremos por recreaciones o réplicas de pinturas clásicas. Para estilos modernos y contemporáneos, las opciones más populares son fotografías en blanco y negro enmarcadas, paisajes en lugares recónditos, o pinturas abstráctas o hiperrealistas.

Técnicas utilizadas Las formas de producción pictórica más populares en el terrerno de las obras de arte decorativas son la pintura al óleo y el acrílico, pero también se experimenta con técnicas como el temple, las acuarelas, la tinta y el aerógrafo (sobre todo en cartelería moderna), preparados de yeso, pasta de papel o bajorrelieves hechos en metal o madera, collage con varios materiales. Cualquiera de estas técnicas se utiliza independientemente del estilo del cuadro, aunque quizás los más experimentales pertenezcan a un estilo más moderno, con trazas de abstracción y texturas sorprendentes.

Montaje y enmarcado de la pieza Antes de enmarcar un cuadro debemos tener en cuenta varios aspectos como la forma, el tamaño, el grosor del bastidor, el estilo decorativo de nuestro hogar y el espacio donde vamos a ubicarlo.

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Dependiendo del estilo del cuadro, lo colocaremos de una manera u otra. Si se trata de un cuadro moderno de estética abstracta, podemos dejarlo sin marco (si el bastidor es grueso), colocarlo sobre un fondo de color para darle contraste o enmarcarlo con un fino paspartú, en un tono que lo presente sin restarle importancia a la obra. Otra opción, es colocarle un marco fino en madera natural, lacada o en metal.

Por otra parte, si se trata de una obra de estilo clásico, debemos pensar en la variedad de colores y en la importancia que se le quiere dar a la pintura en el espacio. Si la situamos junto a una pieza muy sencilla o un espacio vacío podemos optar por un marco más recargado o barroco; sin embargo, si lo queremos ubicar sobre un mueble con mucha personalidad o con bastante decoración propia, quizás lo más recomendable sea utilizar un marco más fino o sencillo. Por ello, debemos pensar en el rol que jugará dentro del espacio, es decir, como protagonista del espacio o como un complemento del mueble.

De todas maneras, el enmarcado de las obras será algo muy personal, por lo que lo comentado son tan sólo recomendaciones o consejos de estilo básicos.

Decorar con cuadros Si estás pensando en vestir nuestras paredes con cuadros, pero no tenemos demasiado claro cómo colocarlos, cuáles elegir o qué sistemas son los más utilizados, toma nota.

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* Para pasillos, distribuidores y tramos de escaleras: como se trata de zonas poco iluminadas, por lo general, se aconseja utilizar cuadros no demasiado grandes, con marcos sencillos y tonos claros. Lo que buscamos es decorar ese espacio vacío sin recargarlo.

* Para el salón: los salones y comedores tienden a ser las estancias más amplias de nuestro hogar, así que nos podremos permitir utilizar cuadros de mayor tamaño e incluso composiciones. Por ejemplo, sobre un aparador o sobre un voluminoso sofá moderno, podemos colocar una pintura de gran tamaño apaisada o cuadrada, o bien, un díptico o un tríptico (un mismo cuadro partido en 2 o 3 volúmenes).

Si por el contrario, nos encontramos en un ambiente más clásico, podemos jugar con una pareja de cuadros de tamaño medio de la misma serie o un cuadro grande enmarcado. Una consideración a tener en cuenta cuando colocamos un cuadro, es el tamaño del mueble sobre el que lo vamos a colocar. Al respecto, se recomienda que el cuadro sea más estrecho que la pieza de mobiliario a la que complementa y que esté colocado a la altura de nuestro campo de visión (como si se tratara de un espejo).

* Para el dormitorio: normalmente, en un dormitorio se suelen colocar los cuadros sobre la cama, una cómoda o un escritorio. Por lo general, solemos verlos sobre un cabecero, así que siguiendo las instrucciones comentadas en el apartado anterior, trasladaremos los consejos de colocación de los cuadros en salones al propio dormitorio. De esa manera, dependiendo de la altura. ancho y del estilo del cabecero, colocaremos una pieza u otra. Habitualmente, en dormitorios clásicos utilizaremos fórmulas más tradicionales como una pareja de cuadros, y en los más modernos, uno cuadrado o rectangular, apaisado o vertical (dependiendo de la altura del cabezal).

Si quieres decorar tu hogar con los cuadros originales y reinterpretaciones o réplicas de cuadros clásicos, no dejes de visitar nuestra sección de cuadros.

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