CLÁSICOS IMPERECEDEROS DEL DISEÑO DE INTERIORES: LAS LÁMPARAS CHANDELIER

La lámpara 'Chandelier', más conocida como lámpara de araña, es un complemento decorativo básico que ha mantenido su estatus de 'clásico' y se ha mantenido imperturbable ante el devenir de las modas.

Aunque se trata de una pieza clásica, ha ido evolucionando desde sus orígenes y ha ido incorporando elementos que han dado lugar a distintas variaciones, igualmente espectaculares y bonitas.

Pero, ¿qué es exactamente un Chandelier? En primer lugar, su nombre procede de una palabra francesa que significa “sostenedor de velas”. Los chandeliers (candelabros) se usaron por primera vez en durante la Edad Media. En aquella época eran en forma de cruz, sujetos a una vara en la parte superior y se colgaban de los techos de las grandes iglesias. Las velas estaban sujetas a las varas para iluminar los espacios grandes.

Posteriormente, irían evolucionando hasta ir adquiriendo formas más complejas e incorporando brazos, adornos y colgantes de cristal. Es así como se empiezan a ver las primeras lámparas de araña, como serían conocidas a partir del siglo XVIII. Éstas, ya poseían formas más sofisticadas, y se basaban en líneas anulares y coronas, que pasarían a iluminar palacios y casas de nobles. A partir de ese momento, toda aquella familia de clase media que añadiera este elemento a la decoración de su hogar, lo hacía como símbolo de estatus.

Una lámpara chandelier, desde el punto de vista técnico, consta de una estructura rígida que se cuelga del techo. Lo más común, es que se cuelguen de un punto central desde una cadena o vara de metal, en vez de estar sujetas directamente al techo. A veces, el chandelier se cuelga de un medallón o corona decorada con cristales, hojas de acanto o motivos florales.

Otra característica de este tipo de piezas es la forma en la que se disponen las luces, y ahí es donde pasamos a distinguir los distintos tipos o variaciones. Las hay con brazos o ramas que nacen de la base o bien de la tija central, donde se colocan las velas o las tulipas de seda; hay otras que constan de coronas concéntricas conectadas por tiras de cristal, finalizando en una semiesfera, donde se unen todas. Los brazos y las coronas pueden estar hechas, a su vez, de cristal, cuerno, vidrio, metal, madera, cerámica u otros materiales. Están dispuestos comúnmente en un círculo alrededor del centro, del que, como hemos comentado, saldrán varias hileras de brazos.

De líneas más clásicas o de diseño moderno, un chandelier es un elemento que no podemos obviar en el plano de la historia y panorama actual del diseño de interiores. Ya sea para crear atrevidos contrastes de estilo o para optar por una estética clásica para salones o comedores más tradicionales. Sin duda, la lámpara chandelier, si bien un poco indefinida en cuanto a su concepto, es un clásico imperecedero con el que podemos crear ambientes espectaculares y totalmente sorprendentes.

Si nos ceñimos a su naturaleza clásica, perfecto, pero ¿qué pasaría si la colocamos en lugares inesperados o combinada con muebles de estilos dispares o con una estética más relajada? Que sorprendemos, y mucho.

Prueba a utilizarla como complemento en ambientes de estilo vintage o rústico. Lo que obtendremos es el telón de fondo ideal para que luzca como una joya y ostente un papel protagonista en el espacio. Las tendencias actuales las posicionan como uno de los elementos indispensables de estéticas como el boho chic, el neorústico o el rústico urbano, todas ellas, asociadas a un nuevo estilo ecléctico como ninguno: el estilo urbano. Una nueva categoría en la que podemos encontrar elementos de distinta procedencia, unidos bajo el mismo techo en pro de la diversión, la modernidad, la libre expresión artística y el buen gusto.

A parte de la modernización a la hora de su combinación con distintos estilos, no podemos olvidarnos de los ambientes en los que puede ser colocada una lámpara de araña. Lo más normal es encontrárnosla colgada de un salón o de un comedor de techos altos e incluso, en el hall de un hotel o restaurante. Pero, ¿qué tal si la colgamos en el dormitorio o sobre una preciosa bañera de patas en nuestro baño?

Por último, la actualización de esta lámpara no sólo pasa por el espacio y los estilos con los que puede ser combinada, sino que también por la estética de la propia lámpara, sus colores y materiales. Si bien siempre se han utilizado las que lucían bonitos colgantes de cristal de Bohemia o de Murano, ahora está de moda, decorarlas con bolas de madera y resina de distintos colores.

Y tú, ¿por cuál te decantas?