¡LA COMODIDAD LLEGA A TU TERRAZA A BORDO DE TUMBONAS Y HAMACAS!
Durante los meses de calor nada apetece más que pasar nuestro tiempo libre en la piscina, en la playa, durmiendo una placentera siesta a la sombra de un árbol o en el porche, leyendo un libro en la terraza o disfrutando de una tarde con amigos en un jardín con bonitas vistas al mar o a la montaña.
Una manera de hacerlo es sentados sobre una cómoda tumbona o a bordo de de una hamaca, sujeta entre dos árboles o los pilares del porche. Ambos son elementos muy personales que le aportan una dosis extra de personalidad, confort y glamour a los exteriores de nuestro hogar.
Las hamacas colgantes quizás sean nuestra asignatura pendiente hasta que nos decidimos a comprarla. Siempre hemos querido tener una, pero nunca encontrábamos el momento ni el lugar para ubicarla.
Si no dispones de dos extremos donde atar la tela y mantenerla bien sujeta, también puedes optar por unas muy bonitas y cómodas, que no requieren de sujeciones. Se trata de unas, que llevan incorporada una armadura plegable de madera o metal, a la que se sujetan ambos extremos de la tela.
Ésta, en cualquiera de sus formatos, resultará perfecta para disfrutar del movimiento de vaivén, del airecito de media tarde y de un buen libro. Podemos ver hamacas de lona, hilo de algodón o crochet; unas más informales y otras, más decorativas con un aire vintage, que darán un toque más especial al lugar escogido.
Por su parte, las tumbonas son una opción clásica y segura, debido a que se encuentra a ras de suelo. Nos permite acceder a ella, simplemente agachándonos y tomando asiento. Una tumbona puede encajar en cualquier sitio: a orillas de una piscina, en un rincón de la terraza o en medio del jardín.
Existen distintos tipos de tumbona:
- Con cuatro patas: este modelo se caracteriza precisamente por mantener sus cuatro patas. El resto de condiciones pueden ir variando, como pueden ser los materiales (madera, aluminio, acero inoxidable, ratán sintético o natural...), su estilo, la forma en la que se reclina el respaldo, etc.
- Con ruedas: éstas facilitarán muchísimo su transporte, pues sólo será necesario que levantemos la tumbona por la parte baja del reposapiés y la arrastremos hacia atrás, colocándola donde necesitemos. Las de cuatro patas tienen que ser levantadas en su totalidad.
- Plegables: este modelo debe ser especialmente ligero, porque está pensado para poder ser plegado y desplegado rápidamente, sin tener que cargar con mucho peso. Las hay de tijera (que se pliegan en dos partes) o bien otras más complejas, compuestas por varios ejes.
Este tipo de tumbonas plegables, normalmente, se compone de cuatro partes: la zona de asiento dividida en dos partes y articulada mediante una bisagra; a esta pieza se adosan unas patas plegables, que se extienden hacia fuera, apoyándose totalmente sobre el suelo; también, la zona de reposapiés con su apoyo correspondiente, y por último el respaldo con altura regulable. Algunas, incluso, incorporan unos brazos, que van sujetos a la estructura principal.
- De una pieza: en este caso, vemos como la tumbona no tiene ninguna articulación ni propiedad especial. Se trata de una composición lineal que abarca de pies a cabeza, habitualmente, realizada en alguna resina adaptada para exteriores, que es moldeada con una forma anatómica y de líneas suaves.
¿A qué esperas para probar cualquiera de estas opciones en las zonas al aire libre de tu hogar?